Nuestra boca tiene muchas superficies y recovecos de diferentes características y, además, es un ambiente húmedo. Estos dos aspectos la convierten en una candidata ideal para dar cobijo a un gran número de bacterias. De hecho, se afirma que se pueden dar alrededor de 600 tipos diferentes de estos pequeños organismos, aunque lo habitual es encontrar entre treinta y setenta variedades.
Aunque no todos estos microorganismos son perjudiciales, hay ciertas variedades que pueden afectar negativamente sobre nuestra salud bucodental y general. Es así que, si no nos cuidamos, pueden aparecer ciertas patologías derivadas de nuestras bacterias y una deficiente higiene bucodental.
- Mal aliento. Algunas bacterias que se presentan en nuestra lengua tienen como función la descomposición de alimentos u otras materias, por lo que si en nuestros dientes quedan restos de comida, contribuirá a tener halitosis o mal aliento.
- Caries. En nuestra boca también habitan bacterias conocidas como Streptococcus mutans, que actúan sobre la sacarosa. Aunque están presentes en todas las áreas de nuestra boca, su presencia es perjudicial cuando se encuentran con restos de azúcar y los transforma en ácido. Este disuelve el esmalte y puede llegar a crear orificios que podrían afectar al tejido blando localizado en el interior del diente. Esto es lo que se conoce como caries. Y, como sabrás, esta afección se previene evitando el consumo de bebidas y comidas azucaradas.
- Gingivitis. Las distintas superficies bucodentales favorecen la proliferación de bacterias, y los dientes y encías no son una excepción: el esmalte cuenta con rugorisades que hacen que se almacene placa bacteriana, una película de bacterias, en el fondo de los surcos, resistiendo a la acción antiséptica de la saliva. Si no se elimina mediante un cepillado correcto, hilo dental y enjuagues bucales, deriva en sarro (la placa que queda en el esmalte se endurece debajo de la línea de la encía) y, los dos juntos, favorecen la aparición de gingivitis, es decir, la inflamación y sangrado de las encías.
- Periodontitis. Se relaciona con las bacterias Treponema denticola y Porphyromonas gingivalis. Sería algo similar al siguiente estadio de la gingivitis, implicando además de inflamación de las encías, una pérdida de hueso alrededor de los dientes y, en los casos más graves, la caída de piezas dentales.
Sin embargo, mantener nuestros dientes y boca limpios también tiene su repercusión en nuestro cuerpo en general. Varios estudios han demostrado la relación entre afecciones periodontales y patologías del corazón. La presencia de bacterias en nuestra cavidad oral puede pasar a nuestro torrente sanguíneo, lo que podría derivar en aneurismas, endocarditis y otras dolencias. También se han relacionado afecciones bucodentales con enfermedades como el Alzhéimer e incluso cáncer.
Eliminar la presencia de bacterias en nuestra boca no es posible. Lo que debemos hacer es buscar un equilibrio entre los microorganismos que son beneficiosos para nuestra salud frente a los que la perjudican. Para conseguir esta armonía, basta con mantener un estilo de alimentación saludable, es decir, dieta variada y rica en verduras, baja en azúcares y que evite las bebidas alcohólicas y el tabaco; una buena higiene bucodental, usando el cepillo adecuado a nuestras necesidades, hilo dental y enjuague bucal; y, por último, realizando visitas periódicas al dentista.